Cuando Mar se puso en contacto con nosotros nos comentó: es farmacéutico, es divertido pero además le encanta la prevención y la limpieza. "Es tanta su obsesión, que su mujer le puso de mote "el bacterias".
Con esos datos y mucha imaginación, nos pusimos manos a la obra. A Iván y a su farmacia los ambientamos en los años 70. Patillas largas, botes de cerámica y una impertinente clienta habitual, cuya confianza, como ven, da asco.
Este fue el resultado.
Nos contó Mar que la tarta triunfó en la fiesta. Al homenajeado le encantó y nuevamente a nosotros nos tocó decir: misión cumplida. Felicidades Iván.
Clienta: pequeña pero impertinente...
... una píldora de sinceridad
