La tarta para la comunión de Thomás resultó todo un reto. El altar lo hice de bizcocho de vainilla relleno de chocolate y el mantelito totalmente bordado, quedó delicadísimo.
La cara de Thomás y de su padre cuando la vió, compensó todo el trabajo que me dió. Al parecer la fiesta fué todo un éxito, el bizcocho le encantó hasta a la abuela, eso para mi cuenta mucho.
Hola, te ha quedado preciosa, con unos detalles muy lindos y delicados. Se ve que eres muy perfecionista. Seguro que saco algunas ideas para las que haga. Gracias por compartir. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras. Espero que todo te vaya bien.
ResponderEliminarSaludos
Aurora