La tarta de comunión de Lara significó para nosotros un gran reto, ya que madre e hija estuvieron muy involucradas en el diseño.
Entre las dos habían realizado las invitaciones, y luego, en las especificaciones del encargo ponían lo siguiente: "Estuvimos pensando que la tarta podría
tener los mismos colores y, a ser posible, una niña parecida a la de la invitación. Entonces las
flores serían rojas, tendría algo de verde y la niña del mismo estilo".
El proyecto desde un principio nos encantó y mucho más cuando nos dijeron que se realizaría en el Restaurante Roberto, en Vedra, lugar que hace algunos años nos dejó muy buenos recuerdos, por el trato amable de Marcos y porque tuvimos la oportunidad de realizar nuestra primera mesa dulce y además fuimos invitados de la boda de Celalba y Sergi.
Reproducción hecha en pasta de azúcar del dibujo utilizado para la invitación.
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